El escándalo de abusos infantiles cometidos por Marcial Maciel, fundador de los Legionarios de Cristo, pudo haberse evitado hace décadas. Documentos recientemente desclasificados de los archivos vaticanos revelan que en 1956, el Papa Pío XII estaba decidido a tomar medidas drásticas contra Maciel, incluyendo su suspensión del ministerio sacerdotal y su reducción al estado laical. Sin embargo, la muerte del Papa en 1958 interrumpió este proceso.
Estos nuevos documentos confirman que ya en 1956, el Vaticano de Pío XII había comenzado a actuar contra Maciel, quien había sido suspendido como superior de la Legión y se le había ordenado desintoxicarse de su adicción a la morfina. En un borrador de memorando del 1 de octubre de 1956, el reverendo Giovanni Battista Scapinelli, de la oficina del Vaticano para las órdenes religiosas, recomendaba prohibir a Maciel tener contacto con seminaristas jóvenes y, de no cumplir, suspenderlo completamente del ministerio.
La versión final de este memorando, fechada el 2 de octubre de 1956, suavizaba las medidas, mencionando solo la ayuda médica para Maciel sin la amenaza de suspensión. A pesar de estas recomendaciones iniciales, el cardenal Giuseppe Pizzardo, un alto protector de Maciel en el Vaticano, y otras personalidades de alto rango intervinieron, impidiendo que se tomaran acciones más severas contra él.
Estos documentos arrojan luz sobre los intentos de algunos miembros del Vaticano por proteger a los jóvenes seminaristas de los abusos de Maciel y muestran cómo la influencia de poderosos aliados permitió que Maciel evadiera la sanción durante décadas. No fue hasta 2006 que el Vaticano finalmente condenó a Maciel a “una vida de penitencia y oración” por sus crímenes, una sentencia que muchos consideran insuficiente dado el alcance de sus abusos.